El dolor por la muerte de un ser querido es una experiencia
por la que todos los seres humanos vamos a pasar en algún momento.
La muerte es parte de la vida, antes o después vamos a sentir tristeza, porque todos vamos a
perder algún ser querido.
Sin embargo no todos transitamos este proceso de la misma
forma, ni con las mismas necesidades psicológicas, ni tenemos los mismos
recursos personales y sociales. Cada ser humano reacciona de manera diferente
ante una pérdida, incluso una misma persona reaccionará de manera diferente en
las distintas perdidas que experimente.
Es fácil pensar que con el tiempo el dolor se hace más
pequeño y desaparece, pero generalmente no es así, la vida crece alrededor de
él. Parte de ese dolor queda en nuestro interior y reaparece en determinados
momentos (fechas de cumpleaños, cuando visitamos ciertos lugares o vemos a
ciertas personas…). Lo que ocurre es que cuando hacemos el duelo el dolor se
transforma, ya no es tan doloroso, obsesivo, rígido, se hace más pequeño, se
acomoda “aprendemos a que forme parte de nuestra vida”.
Elisabeth Kübler-Ross
(psiquiatra y escritora Suizo-Estadounidense) en su libro sobre la muerte y
el morir, presenta 5 etapas del duelo y como se sienten las personas en los
distintos momentos del duelo y la tendencia que tienen durante el proceso.
1.
Etapa de
la negación: negar la realidad de lo ocurrido, nos sirve de amortiguador, pero en algún
momento debemos aceptar la realidad de la pérdida, pues de lo contrario no
seremos capaces de superar la situación. En este primer momento la vida deja de tener
sentido, no podemos asumir que no volveremos a ver al ser amado, nos
preguntamos cómo vamos a seguir adelante. En esta fase el miedo nos paraliza.
Poco a poco la persona en duelo debe ir como despertando, recordando y
aceptando la realidad.
2.
Etapa de
la ira: es muy probable que sentimiento de ira o rabia existan durante todo
el proceso del duelo, siendo durante esta etapa más intensos o que tomen
protagonismo. Rabia, resentimiento, búsqueda de culpables (dirigiéndose a
objetos, personas extrañas, a algún familiar, al fallecido o incluso a nosotros
mismos) no hay solución posible. El
resentimiento hacia la persona que se ha ido oculta un dolor profundo por la pérdida, una sensación de abandono. Si
somos capaces de identificarla y expresarla sin temor podremos comprender que
forma parte del proceso de sanación.
3.
Etapa de
negociación: en esta fase la persona fantasea con la idea que se puede
revertir la situación, se preguntan ¿y si hubiera…?. Se busca una tregua, con
la esperanza de poder hacer algo que cambie la situación (promesas, cambios de
hábitos…), es un mecanismo de defensa que no puede mantenerse durante mucho
tiempo y pueden inducir a sentimientos de culpa o remordimiento, interfiriendo
en el proceso del duelo. Se trata de una estrategia para aliviar el dolor que
sirve durante poco tiempo.
4.
Etapa de
depresión: una vez aceptada la pérdida, aprender a convivir con el dolor
emocional. Tristeza profunda y sensación de vacío. Esta depresión no es un
proceso mental sino el conjunto de emociones vinculadas a la tristeza natural
de la pérdida. Se siente tristeza, miedo e incertidumbre ante lo que vendrá.
Sentimos que nos preocupamos mucho por cosas que no tienen demasiada
importancia mientras que levantarse cada día de la cama se siente como una
tarea realmente complicada y a veces nos preguntamos si la vida tiene sentido.
Se echa de menos al ser querido y agotamiento mental y físico. Nos sentimos
impacientes por que todo esto acabe
5.
Etapa de
aceptación: se empieza a asumir que la situación es irreversible y se
comienza a aceptar la vida sin la compañía del ser querido y a convivir con el
dolor emocional. Este proceso nos permite reflexionar sobre el sentido de la
vida así como lo que queremos de la vida a partir de ahora. Se trata de aprender a convivir con esta
pérdida y crecer a través del conocimiento de nuestros sentimientos. Comenzamos
a depositar nuestras energías en nuestras amistades y en nosotros mismos
estableciendo una relación distinta con la persona fallecida.
Las personas al hacer
el duelo transitan por todas las etapas pero no siempre en el mismo orden, además es muy probable que no sea definitivo
el proceso delas distintas etapas y que aparezcan y desaparezcan.
La muerte de un ser querido es una experiencia muy
estresante, muchas personas no están preparadas emocionalmente para superar
este momento.
Durante el duelo se experimentan emociones negativas como
tristeza, ira, culpa, confusión… cuando son muy intensas o duraderas y que
interfieren negativamente en la vuelta a la vida cotidiana es probable que se
necesite la ayuda, existe un amplio campo de posibilidades a las que recurrir
para hacer del duelo un compañero y no un enemigo (terapias holísticas: Flores
de Bach, terapias de apoyo psicológico o de bienestar). Entre un 10 y un 20% de
las personas afectadas por una perdida necesitan apoyo para superarlo.
Realizo talleres y sesiones grupales para ayudarte a superarlo.
Gracias por esta introducción al duelo. Aprender a sobrellevar y convivir con el dolor es un trabajo muy duro, que hace que nos conozcamos más y mejor a nosotros mismos. Y esto nos aporta herramientas valiosísimas.
ResponderEliminarMuy interesante.
Gracias Didi
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