jueves, 8 de octubre de 2020

Dolor y flores de Bach

 


Me interesa mucho la unión entre lo físico y lo emocional, como equilibrio para mantener un estado de salud óptimo.

Como nos decía el Dr. Bach cuando existe un desequilibrio emocional, pueden aparecer síntomas, enfermedades, o lo que podríamos llamar desequilibrios físicos. Buscar la señal que nos trasmite el síntoma, el dolor como algo que nos complementa y nos ayuda a entendernos, a conocernos. Las esencias, nos ponen en contacto con ese mundo interior que desconocemos, con esos estados emocionales que en ocasiones pasamos por alto, pero que, si tienen una intensidad importante, o las mantenemos en el tiempo pueden manifestarse en forma de enfermedad, dolor, síntomas…

Hoy hablaremos del dolor y alternativas a entender y tratar el dolor.  Puesto que todos en algún momento sentimos dolor en alguna parte del cuerpo a lo largo de la vida.

 

Sea cual sea el dolor, está vinculado a un desequilibrio de orden emocional o mental, este síntoma que es el dolor es por tanto portador de una gran información, ya que su aparición nos obliga a estar pendientes de él. El dolor nos informa de que algo falla, y será el que nos ayude a entender nuestro desarrollo y conocimiento, nos dice cosas importantes sobre nosotros, es un maestro severo, que será duro si nos negamos a aprender, a veces supondrá una sinceridad que será difícil de soportar, ni nuestro mejor amigo en ocasiones nos diría lo que es capaz de decirnos un síntoma o un dolor. No es de extrañar que hayamos optado por olvidar el lenguaje del cuerpo, pero si nos atrevemos a comunicarnos con ellos encontraremos grandes aliados y el camino a la verdadera sanación. Esta es la diferencia entre combatir y transmutar el dolor o la enfermedad.

En este sentido diremos que el dolor va unido a un sentimiento profundo de culpabilidad, o de pena. Es una forma de angustia interna y, al sentirme culpable de haber hecho algo, de haber hablado o incluso de haber tenido pensamientos “malsanos o negativos”, me castigo manifestando inconscientemente un dolor de intensidad variable (según la intensidad de la emoción) _ nos podemos plantear la pregunta: ¿realmente soy culpable de algo? …y de qué? Pero el dolor sólo esconde la verdadera causa LA CULPABILIDAD, para empezar a tratar esta culpa, podemos tomar la esencia floral Pino, esta esencia nos conecta con este estado emocional y por lo tanto a saber más sobre este estado, pudiendo descubrir el porque me siento así. Los pensamientos son muy poderosos, debemos mantenernos abiertos y conscientes para poder identificar LAS CULPAS, ocultos tras ellas, pueden aparecer otros estados emocionales o penas “en este caso podríamos tomar la esencia de Mostaza, a veces aparecen miedos que me paraliza e impiden realizar actividades, gestiones, cambios, relaciones, etc. y en estos casos podemos ayudarnos a enfrentarlos y de esta forma llevar una vida más completa y feliz. Por lo tanto, no debemos evitarlas, si no, más bien afrontarlas, porque son miedos que debo integrar. En estos casos nos pueden ayudar las esencias: Mímulo, Heliantemo, Nogal, Violeta de agua…

El dolor en los huesos, indica un dolor en lo más hondo de mi ser, mientras en los músculos es un dolor más mental. El dolor me obliga a conectarme con mi cuerpo, a escucharlo, en un sentido es positivo, porque me permite conectarme conmigo mismo, a dejar de lado otros aspectos, a volverme consciente. Es una alarma que nos está diciendo “avisando” que algo pasa, que me pare, que observe, es probable que tenga que descansar más, o revisar mis pensamientos, o…, porque de no ser así, es probable que el dolor se haga crónico, y con el tiempo genere más daño.

Sin embargo, la tendencia es rehuir del dolor, preferimos la toma de calmantes, analgésicos, para que desaparezca y seguir adelante con nuestras vidas como si no pasara nada, (queremos que desaparezca de forma inmediata). Este comportamiento puede convertir el dolor como algo crónico, esto significa que, desde la aparición del dolor, no me he encarado con él, con la verdadera causa del dolor. Esta manera de ver, de sentir, requiere que le dediquemos tiempo, un tiempo para entender la causa y escucharlo, un tiempo para nosotros mismos, esto nos dará conocimiento de nuestro mundo interior que deberá ser aceptado, tendremos que seguir la pista al dolor.

El lugar donde aparece el dolor me da indicaciones sobre la causa de este. O que la causa física del dolor empeore, si mi cuerpo me habla de que algo no está bien y no lo escucho… sigo forzando la máquina hasta que definitivamente no pueda más. Correré el riesgo de que empeore o genere una lesión mayor.

Cuando me escucho me conozco, el autoconocimiento, nos otorga la sabiduría interior para que me aporta equilibrio, y por lo tanto salud, las flores de Bach, nos ponen en contacto con ese conocimiento de nosotros mismos, nos ayudan a entendernos y a decodificar de una serie de símbolos que incluyen un mensaje que es el que necesitamos para detectar el remedio o esencia más apropiada.

Cada ser produce su propia y particular dolencia de acuerdo a como se exprese en la vida: “No nos fijemos en la enfermedad, pensemos sólo en cómo ve la vida el enfermo”.

Edward Bach

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