Me interesa mucho la unión entre lo físico y lo emocional, como
equilibrio para mantener un estado de salud óptimo.
Como nos decía el Dr. Bach cuando existe un desequilibrio
emocional, pueden aparecer síntomas, enfermedades, o lo que podríamos llamar
desequilibrios físicos. Buscar la señal que nos trasmite el síntoma, el dolor
como algo que nos complementa y nos ayuda a entendernos, a conocernos. Las
esencias, nos ponen en contacto con ese mundo interior que desconocemos, con
esos estados emocionales que en ocasiones pasamos por alto, pero que, si tienen
una intensidad importante, o las mantenemos en el tiempo pueden manifestarse en
forma de enfermedad, dolor, síntomas…
Hoy hablaremos del dolor y alternativas a entender y tratar
el dolor. Puesto que todos en algún
momento sentimos dolor en alguna parte del cuerpo a lo largo de la vida.
Sea cual sea el dolor,
está vinculado a un desequilibrio de orden emocional
o mental, este síntoma que es el dolor es por tanto portador de una gran información, ya que su aparición nos obliga a
estar pendientes de él. El dolor nos informa de que algo falla, y será el que
nos ayude a entender nuestro desarrollo y conocimiento, nos dice cosas
importantes sobre nosotros, es un
maestro severo, que será duro si nos negamos a aprender, a veces supondrá una sinceridad que será
difícil de soportar, ni nuestro mejor amigo en ocasiones nos diría lo que es
capaz de decirnos un síntoma o un dolor. No es de extrañar que hayamos optado
por olvidar el lenguaje del cuerpo, pero si nos atrevemos a comunicarnos con
ellos encontraremos grandes aliados y el camino a la verdadera sanación. Esta es la diferencia entre combatir y
transmutar el dolor o la enfermedad.
En este sentido diremos que el dolor va unido a un
sentimiento profundo de culpabilidad, o
de pena. Es una forma de angustia interna y, al sentirme culpable de haber
hecho algo, de haber hablado o incluso de haber tenido pensamientos “malsanos o
negativos”, me castigo manifestando
inconscientemente un dolor de intensidad variable (según la intensidad de la
emoción) _ nos podemos plantear la pregunta: ¿realmente soy culpable de algo?
…y de qué? Pero el dolor sólo esconde la verdadera causa LA CULPABILIDAD, para empezar a tratar esta culpa,
podemos tomar la esencia floral Pino,
esta esencia nos conecta con este estado emocional y por lo tanto a saber más
sobre este estado, pudiendo descubrir el porque me siento así. Los pensamientos
son muy poderosos, debemos mantenernos abiertos y conscientes para poder
identificar LAS CULPAS, ocultos tras ellas, pueden aparecer otros estados
emocionales o penas “en este caso podríamos tomar la esencia de Mostaza, a veces aparecen miedos que me
paraliza e impiden realizar actividades, gestiones, cambios, relaciones, etc. y
en estos casos podemos ayudarnos a enfrentarlos y de esta forma llevar una vida
más completa y feliz. Por lo tanto, no debemos evitarlas, si no, más bien
afrontarlas, porque son miedos que debo integrar. En estos casos nos pueden
ayudar las esencias: Mímulo, Heliantemo, Nogal, Violeta de agua…
El dolor en
los huesos, indica un dolor en lo más hondo de mi ser, mientras en los músculos
es un dolor más mental. El dolor me obliga a conectarme con mi cuerpo, a escucharlo, en un sentido es positivo,
porque me permite conectarme conmigo mismo, a dejar de lado otros aspectos, a
volverme consciente. Es una alarma que nos está diciendo “avisando” que algo
pasa, que me pare, que observe, es probable que tenga que descansar más, o
revisar mis pensamientos, o…, porque de no ser así, es probable que el dolor se
haga crónico, y con el tiempo genere más daño.
Sin embargo, la tendencia es rehuir del dolor, preferimos la
toma de calmantes, analgésicos, para que desaparezca y seguir adelante con
nuestras vidas como si no pasara nada, (queremos que desaparezca de forma
inmediata). Este comportamiento puede convertir el dolor como algo crónico,
esto significa que, desde la aparición del dolor, no me he encarado con él, con
la verdadera causa del dolor. Esta
manera de ver, de sentir, requiere que le dediquemos tiempo, un tiempo para
entender la causa y escucharlo, un tiempo para nosotros mismos, esto nos dará
conocimiento de nuestro mundo interior que deberá ser aceptado, tendremos que
seguir la pista al dolor.
El lugar donde aparece el dolor me da indicaciones sobre la
causa de este. O que la causa física del dolor empeore, si mi cuerpo me habla
de que algo no está bien y no lo escucho… sigo forzando la máquina hasta que
definitivamente no pueda más. Correré el riesgo de que empeore o genere una
lesión mayor.
Cuando me
escucho me conozco, el autoconocimiento, nos otorga la sabiduría interior
para que me aporta equilibrio, y por lo tanto salud, las flores de Bach, nos
ponen en contacto con ese conocimiento de nosotros mismos, nos ayudan a
entendernos y a decodificar de una serie de símbolos que incluyen un mensaje
que es el que necesitamos para detectar el remedio o esencia más apropiada.
Cada ser produce su propia y particular dolencia de acuerdo a
como se exprese en la vida: “No nos
fijemos en la enfermedad, pensemos sólo en cómo ve la vida el enfermo”.
Edward Bach
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